LOS IMPRESCINDIBLES DE MARVEL (1)

Pensando en un nuevo post, se me ocurrió comenzar con pequeñas reseñas/opiniones sobre distintas historias Marveliana, que como buen fan de sus personajes, uno no debe de dejar de leerlas. Por ello, a esta nueva sección se me ocurrió llamarla "Los Imprescindibles de Marvel". Y para comenzar les traigo...

"La Muerte de Gwen Stacy"

Esta historia llamada en realidad "The Night Gwen Stacy Died", fue escrita por Gerry Conwa y arte de Gil Kane y se desarrollo en los Nº 121 y 122 de The Amazing Spider-Man (Junio y Julio de 1973).

Norman Osborn, afectado por los problemas de drogadicción que sufría Harry, le hecho la culpa de ellos a los amigos de su hijo, o sea a Peter, Mary Jane y Gwen. Sumado a que se iba a enfrentar a una bancarrota segura, todo esto trastorno su cerebro e hizo que recordara que él era el Green Goblin y que Peter Parker era Spider-Man. De esta manera, Osborn rapta a Gwen para vengarse de Peter y la llevó a la cima de uno de los puentes más famosos de Nueva York (algunos dicen que es el puente Brooklyn; otros que es el puente Washington). Ante los ojos de Spider-Man, que hacía su llegada, el Green Goblin empujaría a Gwen del puente. Spidey estirándose al máximo, atrapó a Gwen con su telaraña, lo cual produjo que le rompiera el cuello. Más tarde sabríamos que Gwen ya estaba muerta, gracias a las drogas dadas por Osborn. Luego de ello, Spidey iría tras Osborn jurando venganza, pero no pudo matarlo, sin embargo, Osborn si quería matarlo, así utilizó su planeador para golpearlo por atrás a Spidey, pero este salto y dicho planeador le dio de lleno al Green Goblin, provocando su muerte.

Su muerte, a manos del propio Spider-Man supuso el fin de la inocencia del Heroe. Mientras que Norman Osborn había cruzado la línea entre el villano y el sádico al trasladar el odio hacia Spider-Man hasta sus seres queridos. Spider-Man despertaba de un bonito sueño donde no existía el dolor mas allá del catártico y necesario de la muerte de su tío Ben para lograr ser el super héroe que era. Ahora, pasaba a experimentar el horror y el dolor de la muerte no por la omisión o irresponsabilidad del uso de sus poderes, si no de las consecuencias de usarlo.